martes, 30 de agosto de 2016

Las Preocupaciones de Tilea - Capítulo 26

Las Preocupaciones de Tilea (Tilea no Nayamigoto Isekai Jashin Tensei Kitan) es una obra de Rina Shito y mi única participación es la traducción no oficial de la misma al español.

Capítulo 26: La maniobra secreta de Luxembourg.

La general demoniaca Luxembourg se encontraba en la planicie de Beruga observando con gran interés la batalla que acababa de desarrollarse.
—¿Ir de frente contra el Dios Oscuro? ¿Acaso son idiotas? En una pelea uno debe apuntar a los puntos débiles, ¿saben? Por eso soy como la más lista del ejercito, ¿no?
Luxembourg planeaba hacerse de algún botín tras la conclusión de la pelea.
«Pero primero debería agradecerles a esos tres por las heridas de hace unos días.»
Así, utilizando su increíble vista y olfato, comenzó a buscar a Los Tres Malignos.
—¡Los tengo!
Seiryuu y Byakko estaban siendo transportados por sus monturas a través de la planicie y adelantándose, lista para interceptarlo, Luxembourg los esperó agazapada tras un arbusto al lado del camino.
El viento soplaba, pero gracias a la trayectoria, las monturas no la detectarían.
Así, tras unos minutos, estas pasaron junto a ella sin notarla…
—¿A dónde van? —preguntó juguetonamente, al salir, con calculada precisión, para propinar una poderosa patada a las bestias. Un golpe con tanta potencia que fue capaz de lanzar a las bestias con sus amos por los aires.
Cada montura pesaba un par de cientos de kilos. Aun así, fueron arrojadas por varias docenas de metros. Así de fácil se podía calcular el tremendo poder de aquel golpe.
—¡GAHH!
Las bestias se levantaron inestablemente y rugieron intentando proteger a sus maestros caídos. A pesar de las patas rotas y colmillos quebrados, ellas intentaron amedrentar a Luxembourg.
—Que tontas. Deberían haber dejado a esos tontos atrás y huir —Luxembourg se acercó descaradamente mientras le gruñían y con un rápido movimiento del brazo les cortó la cabeza a las fieles bestias.
¿Pero cómo estaban los amos de las mismas?
Primero observó a Byakko, quien tenía una profunda muesca en el abdomen con forma de puño y no dejada de vomitar sangre. Incluso su respiración era débil. Era fácil ver que había recibido un golpe tremendo. Y al aproximarse pudo escuchar las suplicas por ayuda del delirante tigre.
—Por­… ayu… da… me…
—Hm. ¿Enserio quieres mi ayuda tan desesperadamente? —se mofó Luxembourg.
—Apu…rate… tonta… mi ma… na… no…
—No quiero —Luxembourg disparó violentamente un proyectil mágico contra el vientre del hombre bestia sin piedad.
—¡GOHH!
—Kyahahaha —se burló esta divertida— Pero que desagradable expresión.
Debilitado, Byakko recibió el ataque de una de los Seis Generales Demoniacos, provocando que nada de su apariencia original desapareciera por completo al ser reducido a picadillo.
Después, Luxembourg examinó a Seiryuu. El dragonoide estaba en peores condiciones que el hombre bestia. Sus huesos habían sido pulverizados a lo largo de todo su cuerpo y era incapaz de permanecer conciente.
—Ki… goh… gah…
—Hmm. Este tipo está en sus ultimas, ¿no es así? Supongo que no hay remedio, a fin de cuentas el Dios Maligno lo molió a golpes.
Luzembourgo observó detenidamente el semblante de Seiryuu y su riostro se llenó de alegría.
—Oye. ¿Quieres que te salve?
—Guh… Gi…
—¡Qué aburrido! —Luxembourg se quejó aplastando el cráneo del dragonoide con todas sus fuerzas.
—¡Kyahahaha! Esto es lo que pasa cuando te dejas llevar, ¿entendiste? —se burló animadamente.
«Kay, que par de fracasados.»
Tras terminar con los dos heridos se sintió mejor.
—Okay, ahora, ¿dónde quedó el Dios Maligno?
Las pupilas de Luxembourg se dilataron.
—‑¡Ahí están!
La dios maligna descansa recostada en el suelo acurrucada a Camila y detrás de ella estaba el inconsciente Neilsen.
Haciendo uso de sus agiles piernas, Luxembourg llegó rápidamente a donde se encontraba la diosa maligna descansando. Y aunque un enemigo se acercó rápidamente, la diosa maligna permaneció dormida como si nada.
—¿Así que esta es quien lleva el titulo de Dios Maligno? Realmente se ve como a simple humana.
Un bello rostro y un cuello delgado, con su delicado cuerpo, ella no aparentaba ser nada más que una humana más. Si Luxembourg no hubiese observado la increíble batalla, ella lo jamás hubiese creído.
Ahora, además, junto a ella estaba la traidora Camila.
—¿saben cuan indefensas están en este momento, tontas? —el rostro de Luxembourg se descompuso de alegría, una alegría incontenible. No sólo habían desaparecido los molestos engreídos, sino que el Dios Maligno estaba agotado y maltrecho. ¿Cada cuánto uno podría encontrarse en tan generosa situación?
—¡Hahaha, realmente estoy de suerte! Por favor observe, Zorg-sama. Inmediatamente le ofreceré sus vidas. ¡Mueran!
Un golpe cargado de mana se precipitó sobre las jóvenes.
Mas contra lo esperado, el puño de Luxembourg fue detenido por la mano de Tilea.
—¡¿Kuh?! ¿Lo notaste, Dios Maligno? —musitó la chica gato sorprendida—. Pero aun está inestable… De acuerdo, terminaré contigo de una vez.
—Ha pasado mucho tiempo, ¿no es así?, Lux.
—¡¿Eh?! ¡¿Por qué?! N-no puede ser… —se sorprendió la general demoniaca— Ya veo. Así que también estabas aquí.
……
………
…………
—De acuerdo, lo dejaré en tus manos.
—No se preocupe, yo me encargaré, Mi Señor —y con estas palabras la general demoniaca Luxembourg desapareció sin dejar rastro alguno.


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