miércoles, 3 de agosto de 2016

Las Preocupaciones de Tilea - Capítulo 24

Las Preocupaciones de Tilea (Tilea no Nayamigoto Isekai Jashin Tensei Kitan) es una obra de Rina Shito y mi única participación es la traducción no oficial de la misma al español.

Capítulo 24: Ahora si me han hecho enojar.

Los dokyun comenzaron a moverse. El Dokyun-Dragón se movió a mi derecha y el Dokyun-Tigre a mi izquierda, mientras la Dokyun de Fuego permanecía frente a mi.
¿Huh? ¿Qué quieren hacer? Ahora están tratando poniéndose en formación.
Esto me da mala espina.
—¡Onee-sama! —al parecer Timu también se dio cuenta del extraño comportamiento, porque salió corriendo en mi dirección preocupada.
—¡Timu, es peligroso! ¡Quédate atrás! —le ordené a mi hermanita que no se acercara.
Debo evitar poner a Timu en peligro.
Estos tipos está planeando algo pero no se que exactamente.
En este caso tengo que tomar la iniciativa. Quizá darles otra probada del poder de mi nunchaku.
Aunque, los nunchaku son demasiado poderosos. Si el Dokyun-Dragón no tuviera ese poder de regeneración, realmente hubiese sido todo un incidente.
¡Maldito perdedor (Bizef), es sólo en cosas así en las que realmente trabajas duro!
Si llego a golpear en el lugar equivocado, voy a matar a alguien.
Y considerando esto, no puedo evitar dudar en atacar a los dokyun nuevamente.
—Dios Maligno, ¡realmente nunca creí que tendríamos que usar esta técnica! —declaró el Dokyun-Dragón.
—Así como dice, se suponía que esta sería nuestra carta del triunfo contra el Rey Demonio —agregó la Dokyun de Fuego
Entonces los tres dokyun comenzaron a recitar un conjuro.
No puede ser, ¿acaso cada uno de ellos puede usar magia?
Fue igual en mi vida pasada, donde había muchos delincuentes de perfil alto; y parece que lo mismo sucede en este mundo.
Honestamente, si tienen tanta habilidad, ¡deberían tratar de contribuir a la sociedad!
Pero sin prestar atención a mi disgusto, los tres concluyeron de activar su magia. Y entonces…
—El Ataque del Triángulo del Infierno (el máximo hechizo de supresión mágica)!
Justo en el instante en que terminaron de recitar el conjuro, cientos de flechas mágicas aparecieron alrededor mío, desde todas direcciones, y cada una de ellas estaba apuntándome directamente.
—Momen… No están ju… ¡OWW!
Duele. Realmente duele. ¡Duele demasiado!
Docenas de flechas se clavaron dolorosamente en mi cuerpo.
¡SE CLAVARON EN MI!
¡¿VOY A MORIR?!
Pero…
No veo sangre.
Lo que pasó después fue que las negras flechas comenzaron a brillar y cientos de partículas de luz comenzaron a flotar a mi alrededor.
¿Qué es esto?
No importa, de momento lo que tengo que hacer es remover las flechas.
¿Eh? Por alguna razón no tengo fuerza en los brazos.
Agarre una des las flechas e intente sacarla, pero perdía mi fuerza rápidamente.
—¡GAHHAHHAH! ¿Cómo te siente, Dios Maligno? ¿Acaso sientes que te faltan fuerzas? —se burló en Dokyun-Tigre.
—Ku, ku, ku. Esa flechas negras son especiales, ¿sabes? Son para drenar el mana —comenzó a explicar el Dokyun-Dragón–.  Tan sólo el roce de una sería suficiente para drenar el mana de diez demonios promedio.
—Huhu. Esta fue una excelente prueba para nuestra pelea contra el Rey Demonio —apuntó la Dokyun de Fuego.
Los tres dokyun sonreían de alegría.
¿Drenadoras de mana? ¡¿Cómo los hechizos de drenado de los RPG?!
Q-que cosa tan terrible han hecho. ¡Por si lo olvidan, sólo soy una persona normal!
Un hechizo tan peligroso normalmente seria utilizado únicamente en las bestias mágicas.
Ya veo. Con un hechizo así uno puede burlarse cuanto quiera mientras la otra persona se debilita y entra en pánico. Realmente suena como algo que haría escoria como los dokyun. ¿Pero acaso estos tipos no entienden nada? Incluso si las flechas no son letales, existe una posibilidad de que un hechizo así pueda llegar a matar a una persona normal.
Hubo varios casos en mi vida pasada en los alborotos causados por los dokyun llevaban a la muerte de alguien.
Realmente no quiero morir por una razón así.
Una vez más intento juntar fuerzas para sacar las flechas, pero como era de esperarse, ya no tengo fuerzas para hacerlo. La mano que sostiene la flecha está temblando.
Esto es malo. Me estoy quedando sin energías. Ya no tengo fuerza en las extremidades. Esto es muy malo. Muy, muy malo. Cada vez estoy más débil.
—¡Ya voy Onee-sama!
—No, no lo hagas… No… te acerques…
—Oop, Camila, como si fuéramos a dejarte pasar —declaró el Dokyun-Dragón.
—Cállate y observa —ordenó la Dokyun de Fuego al crear una cortina de fuego entre Timu y yo. La rugiente cortina era tan alta que parecía alcanzar el cielo.
¡Ouh, qué locura de pilar! Realmente podrías hacer una vida con tu magia. Deja de una vez de ser delincuente y obtén un empleo real.
—Kuh… ¡TÚ!
Timu intentó atravesar la cortina, pero esta la contuvo… mejor dicho «Deja de intentarlo». Si sigues intentando atravesarla no vas a terminar con sólo unas cuantas quemaduras.
—He, he. Bien, Dios Maligno, en pago por lo de mi brazo, voy a cobrártelo varias veces —el Dokyun-Dragón blandió su espada varias veces con cara de demente.
Bloqué desesperadamente los ataque con mi nunchaku.
Y pensar que me contuve antes para no lastimar a estos tipos. Pero ahora que estoy débil, no dejan de atormentarme felizmente.
Llegados a esto, no voy a contenerme. Haciendo a un lado mi titubeo previo, ataqué. Sin embargo, el dokyun esquivó fácilmente cada intento, al que respondía con una técnica de golpea y corre. Estaba atrapada.
—Kuh… Si no logro derrotarlos mientras aun puedo moverme…
Mi ansiedad comenzaba a dispararse, pero no encontraba la manera de cambiar la situación. Mi mayor problema era en definitiva el drenado de mana. Cada vez que intentaba atacar, mis golpes eran débiles y lentos, jamás acerté. A ese ritmo, las cosas sólo podían empeorar.
—¡¡HAHAHA!! ¡Toma esto!
—¡¡GAHAHA!! ¡Siente mi rugido!
—¡Hu, hu! ¿a dónde estas mirando? Si no te fijas arderas hasta la muerte, ¿sabes?
 Hahh, Hahh, los dokyun continuaron atacando, cada uno a su manera: El Dokyun-Dragón blandiendo su Cuchilla Creciente del Dragón Azul. No estaba segura si era una magia especifica de la gente bestia, pero el Dokyun-Tigre estaba golpeándome con balas de touki[1] nacidas de sus rugidos. Y en cima de todo eso, La Dokyun de Fuego estaba utilizando magia similar al Merazoma[2].
Si no fuera por el raro equipo del perdedor (Bizef), ¿no estaría ya muerta?
Lo peor de todo es que ese mismo quipo estaba comenzando a cuartearse. Incluso el más raro equipo se rompería recibiendo semejante cantidad de ataques consecutivos.
¿Mn? ¿Eso significa que tendré que soportar el resto de sus ataques con mis propias fuerzas?
Esto es malo, esto es malo. ¡Esto es realmente malo!
Tengo miedo, tengo mucho miedo.
Realmente no debí meterme en una pelea con los dokyun. Ellos cruzan la línea sin remordimiento.
Si me llegara a postrar en una dogeza[3] y llorara, ¿me perdonarían?
Volteo a ver sus rostros. Los tres se retorcían de regocijo, estaban ebrios de poder ante su propia violencia.
Recuerdo esos rostros.
En mi vida pasada, más de una vez me encontré rodeado por dokyun y fui molido a golpes de la misma forma. Es la misma escena que en mis recuerdos. Ellos me observaban divertidos cuando el miedo se apoderaba de mi.
Estos tres son iguales.
Si ruego por misericordia a esta gente, sólo voy a incitarlos.
En mi vida pasada, les entregaba todo mi dinero y rogaba para escapar del dolor.
Pero esta vez eso no sucederá.
¿Acaso estos tipos están en busca de dinero?
No. Ellos van tras mujeres, la satisfacción de su lujuria.
Si fuera sólo yo, quizá no sería tan malo. Pero estos tipos están planeando clavar sus venenosos colmillos en Timu. Sólo por eso debe hacer algo para detenerlos.
Esto es diferente a mi vida anterior.
¡Absolutamente no puedo perder esta vez!
—¡UOHH! ¡SEH! ¡YAH!
Haciendo acopio de mi espíritu de lucha, blando mi nunchaku otra vez. Mi cuerpo se siente como plomo. Siento que voy a caer, pero juntando toda mi determinación continuo atacando.
—¡Ooh, eso estuvo cerca! ¡¿Aun tienes tanto poder?! —se sorprendío el Dokyun-Dragón.
—Impresionante. Inclusive un demonio de alto rango habría muerto hace tiempo por el drenado de mana —comentó la Dokyun de Fuego.
—¡Heh! ¡Voy a quitarte esto! —El Dokyun-Dragón detuvo el golpe de mi nunchaku con su Cuchilla Creciente del Dragón Azul, antes de arrebatármelo.
¡Diablos!
Mi vista comenzaba a tornarse borrosa y para empeorar las cosas, ellos tenían mi arma ahora. Sin ella ya no tengo forma de hacerles frente. Por ahora sólo puedo moverme, de lo contrario me convertiré en blanco fácil. Izquierda, derecha, izquierda, derecha, sigo corriendo.
—¡HAAAA! ¿Aun puede moverse tanto? ¡El mana de esta chica es como un bote sin fondo! —se quejó el Dokyun-Dragón.
—Sin embargo, no debería tardar en alcanzar su limite pronto —declaró la Dokyun de Fuego—. Realmente no puedo esperar a que eso pase.
La conversación de los dokyun continuó con impaciencia. Mas para evitar que escapara, los tres se aferraron a sus posiciones trabajando en equipo.
A este ritmo todo irá según sus planes.
—¡ONEE-SAMA!
En ese momento Timu logró atravesar el muro de fuego. Su ropa estaba quemada por todos lados, y eso no era todo, estaba segura de que ella también debía tener quemaduras en el cuerpo.
—¡Timu, ¿por qué has hecho algo tan peligroso?!
—Mi más sincera disculpa, Onee-sama. Me tomó más de lo imaginado crear una barrera lo bastante fuerte como para atravesar el muro de fuego.
Timu, así que puedes usar magia defensiva también.
Eres asombrosa. Y debes sentirte orgullosa, pero este lugar es peligroso. Esa escoria es capaz de seguir torturando a una persona sin reparos, aun si esta está seriamente herida.
—Timu, apúrate y escapa.
Onee-sama, voy a quitarte esas flechas en este instante.
—Escúchame, apúrate y…
Onee-sama, por favor resiste. Voy a golpearte con mi “Estrella Freya”.
El hechizo de aquella ocasión.
Los proyectiles mágicos de Timu impactaron las flechas clavadas en mi cuerpo y debido a lo firmes que estaban, ninguna desapareció hasta después de recibir una docena o más de impactos.
—¡Como si te fuera a dejar hacer eso! —El Dokyun-Tigre notó lo que estaba haciendo Timu y se preparó para atacar. Tomo la posición que realizaba antes de rugir y…
Esto es malo. ¡Va atacar con su cañón de rugido!
—¡Ti-Timu, detente! ¡Ya estoy mejor, Timu, apresúrate y huye! —completamente fuera de mi, le ordené a Timu.
El cañón de rugido del Dokyun-Tigre era bastante poderoso. La única razón de que mis heridas no fueran tan graves se debía a que llevaba puesta un raro equipamiento. Si alguien recibiera el impacto sin protección, inclusive un adulto saldría terriblemente herido.
—¡Só-sólo un poco más —Timu me ignoró y continuó removiendo las flechas.
Ya veo. Por supuesto. No hay forma de que una niña que se preocupa tanto por su hermana mayor fuera a abandonarla en tal predicamento.
Traté de cubrir a Timu, pero no logré reunir fuerzas suficientes.
—¡Camila, ¡MUERE!!
La bala del rugido se dirigió hacia Timu. Ese fuerte rugido voló hacia ella como si lo guiara algo más.
—¡Guhah!
—¡TIMU!
No… No puede ser.
Un impacto directo. Era obvio que estaba seriamente herida.
Inmediatamente corrí a su lado.
—Hahh… Hah… O-Onee… sama. Gr-gracias al cielo. Pare-ce que logre… remover la maldición.
—¡Si, lo hiciste! ¡Muchas gracias Timu! Ya estoy bien. Mi fuerza ha regresado.
—Que… que pudiera ser… de ayuda, me hace… feliz… Oness-sama.
—Lo siento, Timu. Por mi incompetencia has tenido que esforzarte demasiado. Ahora descansa y déjame el resto a mi.
Después de asentir con la cabeza, Timu colapso en un instante.
Su respiración parecía normal. Afortunadamente parecía que su vida no corría peligro.
Gracias al cielo.
Un suspiro de alivio se escapó de mis labios. Ella menciono algo de magia defensiva cubriendo su cuerpo. Esa debe ser la razón. Sin embargo, a causa mía está herida y pasó por un evento aterrador. Espero que no le deje trauma, aunque…
¡Diablos! De haber sabido que esto ocurriría, habría hecho que Timu tomara prestado algo de equipo también. Un terrible error. Cuando fui a pedir el equipo prestado no tenía intenciones de hacer que Timu peleara directamente, por lo que jamás lo consideré. Realmente fui ingenua. Aun si ella permanecía a la espera en la retaguardia, situaciones como esta dan pie a un sinfín de oportunidades de salir herido.
—¡GUHAHAHAHAHA! ¡Al fin cayó una! —el Dokyun-Tigre se carcajeó.
¡Que terrible bastardo! ¡No siente ni un poco de culpa por herir a alguien! ¡Y una niña como Timu sobre todo!
No puedo perdonarlo. No soy tan madura como para quedarme callada cuando alguien de mi familia es lastimado.
Corrí a donde se encontraba el perdedor (Bizef) y tomé prestado algo de su bolcillo.
Así es.
El artefacto que dijo era capaz de permitirme matar incluso a una bestia mágica, los peligrosos «Nudillos de Explosión Terrestre».
El perdedor (Bizef) es una persona en la que no se puedo confiar o contar, pero cuando se trata de armas, hay que creerle. Incluso sin mi nunchaku, esto debe ser suficiente.
¡Ya veras dokyun bastardo! ¡¿Cómo te atreviste a hacer algo tan brutal como golpear a alguien directamente con un cañón de rugido?!
Puede que ustedes creyeran que esto es divertido, pero algo hubiese salido mal, ¡Timu podría haber muerto! ¡¿Se dan cuenta?!
Ahora les dejaré saber lo que se siente ser lastimado. Voy a jugar con sus mismas reglas. ¡Más vale que no quejen si alguien muere!
Con los nudillos puestos, inmediatamente elimino la distancia entre el Dokyun-Tigre y yo.
—¡¿Dios Maligno?! ¡¿Pero qué…?!
—¡¡TRAGATE ESTO!!
Este es el castigo por lastimar a Timu. Con todas mis fuerzas lancé un golpe directo a la entrepierna del Dokyun-Tigre el poder adquirido.
—¡GEHOOOOH! —el Dokyun-Tigre grita con tanta fuerzas que hizo eco en las montañas antes de escupir sangre y colapsar para retorcerse en el suelo.
¿Se… murió?
—Guh… Gi… Gah…
No, parece que se salvó por poco. En definitiva es una herida grave, pero… No, ya no me importa. Ellos se la pasaron en grande metiéndose conmigo. Ahora estoy molesta y es mi turno para divertirme.



[1] Literalmente “Espíritu de Pelea” (闘気); En las historias japonesas de fantasía, es el nombre dado al mana empleado por un guerrero, generalmente es de uso instintivo y explosivo aplicado para incrementar la fuerza, resistencia, velocidad… Aunque también permite lazar ataque a distancia, aunque estos siempre son menos refinados que los ataque mágicos.
[2] N.d.T.: Referencia Dragon Quest, donde es el hechizo más poderoso de tipo fuego .
[3] Literalmente “Sentarse en el piso” (土下座), es un elemento de las costumbres japonesas en el que uno se arrodilla en el suelo para postrarse tocando el suelo con la cabeza. Es usado para demostrar respeto a las personas del más alto estatus social; también se utiliza para demostrar el más alto grado de arrepentimiento o para solicitar (rogar) un favor.

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