martes, 12 de julio de 2016

Las Preocupaciones de Tilea - Capítulo 20

Las Preocupaciones de Tilea (Tilea no Nayamigoto Isekai Jashin Tensei Kitan) es una obra de Rina Shito y mi única participación es la traducción no oficial de la misma al español.

Capítulo 20: Es importante prepararse antes de la pelea, ¿no es cierto?

Para estar preparada para la pelea, me dirigí a la estación de la guardia del pueblo, donde el perdedor (Bizef) trabaja.
El perdedor (Bizef) me debe una por el incidente con Garm. ¿Qué por qué? Se debe a que durante el incidente de Garm, lo cargué inconsciente todo de regreso hasta la estación de la guardia. Aunque, en realidad, casi me olvido de él y me regreso sola al pueblo…
Honestamente, a pesar de que estaba todo “¡Voy a darle una seria advertencia a Garm!”, al final fue totalmente inútil cuando fue requerido. No fue más que peso muerto. Realmente espero que en esta ocasión pueda actuar como un verdadero ex aventurero. Y con esa pequeña esperanza, me acerqué a la estación de la guardia.
Entonces, repentinamente, alcancé a escuchar algún tipo de riña.
—¿Mn? ¿Qué sucede?
La gente en la estación estaba encendida, por lo que le pregunté a George-san, la persona encargada del trabajo de escritorio, por la situación.
—¿Sucedió algo, Geoger-san?
—Ah. Tilea-chan. Llegas en el mejor momento.
—¿Heh? ¿Me necesitas par algo?
—¿Podrías hablar con Bizef-san y ayudarnos a detenerlo, Tilea-chan? Por favor. Simplemente no nos hace caso y continua diciendo cosas acerca de que hay dragones cercar del pueblo y de cómo piensa ir a la capital a solicitar refuerzos.
¿HA? ¡¿ Pero que diablos está haciendo ese perdedor (Bizef)?!
Estoy segura de que les expliqué al resto de los guardias la situación a grandes rasgos, cuando traje al perdedor (Bizef) a rastras. No era un dragón, sólo un cachorro encantado. ¿Acaso el perdedor no lo escuchó del resto?
Incluso ahora, ese perdedor está intentando ir a la capital. Y lo peor es que con equipo de viaje y montado galante en su caballo, realmente parece un aventurero… Que decepción.
Llegados a esto…
El resto del personal está intentando detenerlo a toda costa. Incluso puedo escucharlos desde aquí.
—Bizef-san, deténgase. Ya el resto del personal del pueblo hizo la búsqueda y no hay señales de ningún dragón en las cercanías.
—Así es, no hay nada más que algunos pequeños animales salvajes a lo mucho.
¿Todos se dieron a la búsqueda?
Aun con todo el trabajo que tiene que realizar en la estación y el pueblo, ¿en serio les dio ordenes sin sentido? Pobres, gracias al perdedor, la pasaron difícil.
—¡Ya les dije! Eso sólo significa que debió salir de esta área. Si no nos apresuramos en lidiar con él, ¡habrá victimas a lo largo de todo el país!
—¿Salir…? Pero si no hay testigos… Ni siquiera rastros, ¿te das cuenta?
—¡¿Testigos?! ¡¿Cuántas veces tengo que decirles que yo mismo lo vi?! —el perdedor (Bizef) les espetó apunto de perder el control.
Parece ser que debido al historial del perdedor (Bizef) como aventurero, el resto del personal no pueden refutar su declaración.
—Bizef-san ha estado así desde entonces… Y no ha querido escucharnos.
—Eso parece.
—La situación es grave. Si llamamos a una reunión de emergencia en la capital y se descubre que a información es errónea… No puedo ni imaginar que clase de penalización podrían imponerle al pueblo.
—Ya entiendo. George-san, déjenmelo a mi.
Las preocupaciones de George-san son ciertas. No puedo permitir que el pueblo tenga problemas a causa del perdedor (Bizef). Tendré que explicarle nuevamente.
Agitada, rodeé al grupo de hombres para hablar de frente a con el perdedor (Bizef).
—¡Bizef-san, deténgase por favor!
—¡Tilea-chan, estas aquí! Lamento no haberte creído. Realmente era un dragón —de disculpó conmigo—. Además siendo un dragón y un jinete de dragones, no hay duda de que los demonios han regresado. Por eso me desmallé, caí a causa del misma demoniaco. ¡Tengo que apresurarme y alertar a todo el país!
Huhh… ¡Que miasma demoniaco! ¡¿ Que diablos le pasa a este ex aventurero perdiendo la cabeza a causa de la Magia Ilusoria?!
—¡Bizef-san, realmente era Magia Ilusoria!
—Tilea-san. Soy un ex aventurero. No hay forma de que la magia ilusoria funcione conmigo tan fácilmente. Estoy seguro de que era un dragón real. Realmente han regresado los demonios.
¡Ah, diablos! Este perdedor realmente se siente demasiado seguro de si mismo aquí en el campo. Debido a que es un ex aventurero la gente de por aquí lo ha mimado demasiado. Realmente su ego se ha inflado al grado de creer que es imposible que la Magia Ilusoria surta efecto en él. Y para colmo no es como si fuera tan hábil en realidad.
—¡No era una dragón! ¿Qué acaso no regresamos a casa sanos y salvos?
—B-bueno… Si, pero… Si-simplemente corrimos con suerte.
Momento, momento, momento. Ser convertidos en el blanco de un dragón y un demonio y ¿salir sin un rasguño? ¡¡Que tanta suerte crees que puede tener una persona!!
¿A caso este perdedor (Bizef) no se da cuenta de lo descabellado sus palabras?
—Si fuéramos el blanco de un demonio, no ha forma de que saliéramos con vida, ¿no es cierto? —declaré—. Incluso Timu y sus amigos dijeron que aquello no era realmente un dragón.
—¡¡EH!! ¡Timu-chan también estuvo ahí?
—Así es. Te lo dije después, ¿no? Que aquella persona era un conocido de Timu. Después de que te desmallaste, Bizef-san, ella legó con su mascota y se pusieron a jugar.
—E-e… Eso no es… No es posible… ¿Cierto?
—Lo siento, pero no miento.
—Ja… ja-ja… Pe-pero que raro… Je… Parece que ya estoy fuera de forma. Para que surta efecto en mi la magia ilusoria, y al extremo de desmallarme… —el perdedor (Bizef) sonrío irónicamente mientras se rascaba la cabeza. Sus ojos vacíos por la confusión eran definitivamente lo opuesto a los que un ex aventurero debería tener.
«Tú eres el Capitán de la Guardia de este pueblo, ¿entiendes? Y ahora estas causando un alboroto en dicho pueblo, por favor, ¡compórtate!» le reproché al perdedor (Bizef) con una mirada de hielo.
George-san y el resto del personal parecían sentirse igual.
—Ja… Ja… La-lamento el escandalo, chicos. Parece que mi dejé llevar en la confusión.
—Bizef-san, por favor, que sea la última vez.
—Aun si aun estas medio dormido, no puede ir causando semejante alboroto.
—Ya no bebas tan temprano en la mañana.
Los hombres del personal lo criticaron uno a uno. Por su puesto, fue él quien les dio problemas haciéndolos buscar a un cochorro, después de todo. Es obvio que deben estar exhaustos por buscar toda la noche. Y en especialmente agotados al descubrir que todo había sido en vano.
—Diablos —suspiró el perdedor (Bizef)— me pregunto si se me habrán abierto las viejas heridas.
¿Poniendo excusas tan rápido? ¡¿Qué es eso de viejas heridas?!
Siendo honesta, eso de poner excusas tan rápido es señal de ser un perdedor.
—Y bueno, tampoco es que llevara equipo aprueba de mágica en el momento —agregó—. La persona que nos hizo la jugarreta, en definitiva, debió ser un famoso aventurero. Ciertamente no puedo equivocarme en eso.
—Cla-ro. Seguramente fue un aventurero famoso. Uno que podría la derrota de monstruos o la investigación mágica en segundo lugar para jugar con Timu. Que loable…
—¿Ug-g? E-estoy seguro de que jugar con niños debe ser parte de su investigaión.
El perdedor (Bizef) no dejó de escupir una excusa tras otra.
A este ritmo el éxito del plan número dos está en duda. En momento no quedó duda de que tendría que pasar al plan numero tres.
—Ti-Tilea-chan. ¿Podrías dejar de mirarme con tanta desconfianza? —me pidió con una incomoda sonrisa—. Ci-cierto. Hablando de… Fuiste tu quien me trajo cuando me desmallé, ¿no es cierto? Gracias.
—Por favor. No se preocupe por esas minucias —contesté sin más—. Más importante, perd… Digo. Bize-san, tengo un favor que pedirle.
—Ti-Tilea-chan. Justo ahora. ¿Lo que estabas por decir…? Acaso era «Perdedor», ¿tal vez? —se atragantó.
—¡Ahh! ¡Diablos! Esto es más importante, así que escúcheme, por favor. Entre los compañeros de juego de Timu, hay uno delincuentes y parece que ha decidió venir al pueblo a causar alboroto.
—¡¿En serio?! No podemos permitirlo —declaró recuperando el brío—. Déjamelo a mi, yo las protegeré.
—Realmente estoy confiando en usted, ¿de acuerdo? Sólo que, por favor, esta vez asegúrese de llevar su armadura.
—¿A-armadura? Realmente no creo que haga falta para lidiar con unos delincuentes.
—Bizef-san, ¿acaso no hay un dicho que habla de no dar las cosas por sentado? ¿Qué va a hacer si utilizan Magia Ilusoria otra vez?
—E-entiendo —tragó saliva—, aunque creo que estas exagerando.
—Y tengo otra cosa que pedirle: présteme una armadura también, por favor.
—¿EH? Tilea-chan, tú no necesitas una armadura, ¿sabes? Ahí voy a estar, no te preocupes.
—Aun que sea una… pequeña… a mi… por favor… ¿Si? —volví a pedir balanceándome sobre mis pies apenada.
Después de hablar con él, estaba segura: ya no podría volver a confiar en el perdedor (Bizef). Lo mejor será ir mentalizada en que seré yo quien tendrá que pelear, sola. Así que tengo que lograr que me preste una armadura cueste lo que cueste.
—Su-supongo que no hay opción, ¿no? Te debo una, después de todo. Así que al menos te dará la oportunidad de probarte una —el perdedor (Bizef) aceptó renuentemente, por lo que lo obligué a que me llevara a su casa antes de que cambiara de opinión.
Ya que el perdedor (Bizef) era un ex aventurero, por así decirlo, él tenía toda una colección de armas y armaduras. Y las tenías todas bien guardadas es el almacén de su casa.
El me dejó entrar al almacén mientras presumía y…
—In… ¡Increíble! ¡Es enorme! —quedé anonadada.
En el almacén había desde espadas, lanzas y hachas, hasta armaduras, escudos y yelmos, y toda clase de objetos decorando la habitación. Los había de distintos colores y modelos e incluso había maniquíes posando con dignidad.
¡Wow! ¿Acaso no es esto toda una armería? Más que tener cosas por ser un aventurero, ¿no será que este tipo es más bien un fanático de las armas?
Todos estos objetos van más allá del nivel de un hobby.
Incluso si hubiese abierto una tienda de armas en vez de convertirse en capitán del a guardia…
—Je, je. Sorprendida, ¿no es así, Tilea-chan? Todas estas son cosas de mis tiempos como aventurero. Sólo que no tuve corazón para desprenderme de las cosas, como te darás cuenta. Antes de darme cuenta, ya tenía todo esto.
Ciertamente estaba sorprendida. Todo un acumulador. Apuesto a que dejó ir muchas aventuras en pos de ir a comprar más equipo.
Aunque debo aceptar que eso me resulta conveniente en este momento. Supongo que el equipamiento puede hacer una gran diferencia en un combate después de todo. Y siendo yo, una chica normal, no tengo opción que cubrir mi falta de habilidad con un buen equipo.
De acuerdo. Ya que estoy en esto, ¡intentemos conseguir el equipo más caro de la colección!
Aunque… ¿Cuál debería elegir?
¡Ah! ¡Creo que encontré algo bueno!
Divisé unos aparadores al fondo de la habitación y dentro había algunos artículos exhibidos en vitrinas. Se veían geniales, colocados detrás de los pulidos vidrios. Eran obviamente diferente al resto de las cosas en la habitación. Puedo oler excelencia.
—Entonces, ¿podría prestarme estas «muñequeras» y esta «cota de malla»?
—¡Eso es demasiado! Ambos, «Las Muñequeras de Regius» y «La Cota de Magimades» son rarezas, ¡únicas en su tipo!
—¿Enserio son tan raras? Entonces realmente me gustaría probármelas. Por favor, préstamelas, ¿si?
—Ti-Tilea-chan… Estas son para exponerse, no para usarse.
Así que el perdedor (Bizef) es realmente un coleccionista. ¿Qué diablos quieres decir con «para exponer»? Las armas son para usarse. Si las usas y se ensucian un poco, eso incrementará su valor.
—Bizef-san, ¿no dijo acaso que me prestaría lo necesario para pelear? En todo caso, no es como si realmente fuera a usarlas. Así que, ¿en serio no puede prestármelas?
—Pe-pero sería un problema si llegan a ensuciarse, por eso…
—¡Que cruel! ¡Está diciendo que estoy sucia! —apelé al perdedor (Bizef) con ojos anegados de lagrimas. Con tanta intensidad que básicamente le dejé en claro que «decirle algo tan poco gentil a una chica sólo lograría hacer que lo odien».
—E-entiendo —la voz le tembló—. No es co-como si realmente fueras a pelear, después de todo. Así que tal vez no halla problema si te las presto…
—¡Muchísimas gracias! —le sonreí radiante.
¡Perfecto! El mejor equipo, ¡conseguido!
Yujuu, con esto ya puedo estar más relajada.
—Honestamente no puedo ganarte, Tilea-chan. Ponerse un equipo tan raro sólo por unos vagos.
—Entonces si los uso, ¿seré inmune al ataque de los delincuentes?
—Total y completamente. Mejor dicho, si los delincuentes te atacan, van a ser ellos los que terminen lastimados.
—¡Eso asombroso!
Si lo que el perdedor (Bizef) dice es cierto, incluso si los dokyun me atacan, no habrá de que preocuparse. Las posibilidades de ganar se han incremen…
¡Un momento!
Ciertamente mi defensa se ha incrementado, pero ¿y mi ofensiva?
Tengo que revisar y ver si hay alguna otra rareza útil por aquí.
¡Mn! Parece que hay algo bueno por acá.
Descubrí un arma, tipo nudillos, que claramente estaba siendo tratada como un tesoro colocado detrás de la vitrina de vidrio. No sólo eso, eran dos capas de cristal y descansabas hermosamente sobre un cojín de tela. Sólo por eso, pude saber que se trataba de algo mis costoso.
—Bizef-san, ya que estamos en esto, ¿podría prestarme estos «nudillos» también?
—¡Ti-Tilea-chan, no vamos a ir a una aventura! Incluso si eres tú, si te pones esto y golpeas a alguien, ¡lo matarías! ¿Entiendes?
—¡¿EH?! ¡¿I-incluso con mi fuerza?!
—Estos nudillos son una herramienta mágica llamada «Nudillos de Explosión Terrestre». Esto incrementan tu fuerza y agregan poder mágico a tu ataque. Por lo que no importa cuan débil seas, Tilea, el poder mágico es realmente poderoso por si solo, por lo que el poder ofensivo es tremendo.
—¿Qué tanto es su poder?
—Hmmm, veamos. Si alguien como tú los usara… Posiblemente podría terminar con una pequeña bestia mágica.
—¡Que arma tan increíble!
—Es una arma tan preciosa que incluso está dentro del top tres de las armas que poseo. Para poder comprarla, tuve que usar todos los ahorros que tenía en ese momento.
—Ha,ha. Ya puedo saber cuan asombrosa es de sólo escuchar eso. Así que es verdad que si los uso, podría noquear e incluso matar a un delincuente de un solo golpe. ¿no?
—Así es. Pero de todas formas te estoy prestando la armadura, así yo me encargaré de las armas peligrosas, ¿okay?
Supongo que no hay remedio. No tengo intenciones de convertirme en asesina. Sin embargo, si voy a hacer que el perdedor (Bizef) use los nudillos. Realmente no voy a estar tranquila si el perdedor (Bizef) no va con su arma más poderosa.
—De acuerdo, entonces cuando los delincuentes lleguen, yo le llamo. Le encargo el resto, por favor.
—Por supuesto, déjamelo a mi.
Después de hacer los arreglos necesarios con el perdedor (Bizef), regresé al restaurante.
Por ahora, aunque aun estoy ansiosa, las preparaciones para el plan número dos, están listas. Así que es hora de terminar con las preparaciones para el plan número tres.
Primero, con la armadura que el perdedor (Bizef) me prestó, mi defensa se han incrementado. Así, el ataque de los dokyun no puede afectarme.
Ahora tengo que ver que hago con mi ofensiva.
El armamento del perdedor (Bizef) es demasiado poderoso y sería problemático terminar matando a alguien, por lo que está descartado. O más bien, a diferencia de las armaduras, las armas necesitan un mínimo de habilidad para manejarlas. No importa que arma elija, no seré capaz de utilizarla adecuadamente.
Y por supuesto, no soy una aventurera. ¡Sólo soy una simple cocinera!
No hay remedio, supongo que tendré que recurrir a mi oscuro pasado.
Este es el momento de retirar el sello.
Busqué dos barras de metal de tamaño apropiado en el almacén de la casa y los até con un cordel del largo adecuado. Así es, estos son los llamados “nunchaku”.
En mi vida pasada, cuando era un nini hikikomori[1], hubo un tiempo cuando enloquecí con los nunchaku. No iba a la escuela, tampoco trabajaba y no hacía otra cosa aparte de entrenar con los nunchaku que ordené por correo. Y observando el curso de Bruse Li[2], me atraganté con mi propio «¡HACHAA! ¡OCHAA!» al entrenar.
Heh. Apuesto que nunca se han visto estas técnicas en este mundo. No hay duda de que esos dokyun lo pensarán dos veces. Y si llegan a confundirme con algún artista marcial famoso, que mejor.
Ellos probablemente nunca han visto los nunchaku, ¿verdad?
Tal vez debería probarlos primero.
Llamé al pervertido (Neilsen) para darle una demostración.
—¡A sus ordenes, Tilea-sama!
—¿Qué está haciendo, Onee-sama?
Ah… No solo el pervertido (Neilsen), ¿si no Timu también? Es mi oscuro pasado, por lo que preferiría la menor audiencia posible, pero… Que más da. No hay forma de que obligue a mi hermanita a retirarse, después de todo.
—Neil, Timu, observen. Quiero que me den su opinión acerca de la técnica que estoy por utilizar.
—A sus ordenes, Mi Señora.
—Entendido.
De acuerdo. Recordemos. ¡Técnica de Nunchaku de Bruse-sensei!
Los recuerdo de mi antigua vida regresaron a mi y entonce…
—¡Fuoooooh, hai! ¡Hai! ¡Hai! ¡Hai! ¡Fuo! ¡HACHAA! ¡OCHAAAA!
Gracias al cielo. No lo olvidé y logré ejecutar las técnicas tal cual las imaginé.
Golpe descendente. Golpe lateral. Guardia derecha. Golpe diagonal derecho. Comencé a enlazar una técnica tras otra. La escena en mi cabeza era la de la película “¡Entra, Dragón!”[3].
—¡Ma-magnifico, Onee-sama! ¿Cuál es el nombre de esa técnica?
—Nn… Nunchaku Asesino…
Ahg. Diablos. Accidentalmente dejé escapar el chuuniesco nombre que le di en mi vida pasada.
—¡Me llena de profunda emoción haber sido testigo de tanta magnificencia, Tilea-sama! «Nunchaku Asesino», ciertamente un arte marcial con un perfecto balance entre ataque y defensa.
—Yo pienso igual, Neilsen. Estoy conmovida —secundó Timu—. Y, Onee-sama, ¿a cuántos oponentes has derrotado con este “Nunchaku Asesino”?
—¿Qui-quién sabe…? Me pregunto, ¿cuántos habrán sido realmente?
—¡Cómo era de esperarse de Onee-sama! Pensar que has derrotado a tantos oponentes con ese “Nunchaku Asesino” que has perdido la cuenta.
—“Nunchaku Asesino” Jamás había presenciado una técnica tan asombrosa antes. ¡Por haber desarrollado tal estilo, nuevamente, le expreso mi más profundo respeto, Tilea-sama!
¡Alto, no más, por favor dejen de repetir ese nombre de una vez! ¡Cada vez que escucho ese nombre siento que me arrancan el alma!
Y así mi espíritu terminó por los suelos mientras conversaba con Timu y el pervertido (Neilsen), pero hasta cierto punto me de cuenta de que los nunchaku no existían en este mundo. Claro, me baso exclusivamente en la reacción del pervertido (Neilsen), así que en realidad no tengo mucha confianza en mi habilidad.
 Pero, por ahora, puedo decir que las preparaciones están listas.
¡Vengan cuando quieran Tres Malignos!



[1] Hikikomori (ひきこもりliteralmente "apartarse, estar recluido": es decir, "aislamiento social agudo") es un término japonés para referirse al fenómeno social en que las personas apartadas han escogido abandonar la vida social; a menudo buscando grados extremos de aislamiento y confinamiento, debido a varios factores personales y sociales en sus vidas. En la terminología occidental, este grupo puede incluir individuos que sufren de fobia social o problemas de ansiedad social. Esto también puede ser originado por agorafobia, trastorno de personalidad por evitación o timidez extrema.
[2] Parodia de Bruce Lee.
[3] Parodia de “Enter the Dragon”, “Operación Dragón”, de 1973 con Bruce Lee.

1 comentario:

  1. Pobre se muere de vergüenza, aunque opino q esa arma es genial de todas formas

    ResponderEliminar